A cada instante me pierdo en la espiral de la memoria, preguntándome qué pude haber hecho para que todo fuera distinto. Porque a diferencia de Evan Treborn, protagonista del film, yo jamás he perdido la memoria. Al contrario, ella se ha transformado en mi peor condena.
No puedo viajar en el tiempo con sólo abrir un cuaderno. La vida real no tiene efectos especiales. No puedo cambiar lo que hice y borrar lo que dije. El tiempo está corriendo y no se detiene.
Pero mi mente viaja, vuela, se aleja del cuerpo...
A veces tengo miedo de que, un día, no regrese. Temo que se pierda y encuentre un lugar mejor que este presente lleno de dudas.
¿Por qué siempre es tarde para mí?
¿Por qué nunca llego a tiempo a ningún lado?
¿Por qué las mariposas aletean para otros y a mí me toca el caos?
Siento que quedé atrapada en un laberito de espejos. Veo mi rostro constantemente y ese es mi castigo: estar, cada segundo, cara a cara conmigo misma.
Pero sigo buscando la salida y sé que hay alguien esperándome en la puerta:
Mi libertad
(La libertad de ser yo misma)
todo está dicho!!!....sin palabras....
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