Tristemente, siempre llega un momento en la vida en que nos preguntamos si tiene sentido seguir. Es saludable que a todos nos asalte, alguna vez, la misma duda. Lo absurdo sería no hallar la respuesta.
La respuesta es una sola: Sí, tiene sentido. Pero es natural que a la duda primordial sobrevenga una segunda pregunta: ¿Cómo?.
Y en este caso, ya no vamos a encontrar una sola respuesta. Porque cómo seguir lo elige cada uno y las maneras son infinitas. Hay tantas, como individuos en el mundo.
Después de hacerme la misma pregunta, una y mil veces, decidí que mi forma de seguir será escribiendo. Haré lo que me apasiona, lo que me hace sentir viva.
Voy a escribir lo que grita mi sangre, lo que calla mi boca y lo que esconden mis lágrimas...
La respuesta es una sola: Sí, tiene sentido. Pero es natural que a la duda primordial sobrevenga una segunda pregunta: ¿Cómo?.
Y en este caso, ya no vamos a encontrar una sola respuesta. Porque cómo seguir lo elige cada uno y las maneras son infinitas. Hay tantas, como individuos en el mundo.
Después de hacerme la misma pregunta, una y mil veces, decidí que mi forma de seguir será escribiendo. Haré lo que me apasiona, lo que me hace sentir viva.
Voy a escribir lo que grita mi sangre, lo que calla mi boca y lo que esconden mis lágrimas...
Voy a dibujar renglones en la luna y a sentar sobre ellos todas mis palabras.